LA MEDIACIÓN FAMILIAR Y LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA LABORAL – PERSONAL – FAMILIAR

Cuando oímos hablar de mediación familiar, pensamos en temáticas como separaciones, divorcios de parejas, disputas por herencia. El que no pensamos es que a menudo estos conflictos son resultado de la acumulación de reiterados pequeños conflictos cotidianos.

Estos conflictos, que en muchos casos pueden considerarse “menores” (quién trae la niña a la escuela, quien sale del trabajo para acompañar el niño a la visita médica, quien prepara la cena, quién va a comprar, a qué hora se llega a casa, qué espacio se dispone para poder hacer deporte o para relajarse, etc.), son los que pueden acabar comportando problemas de convivencia, de malestar físico y emocional, de proyección profesional… y pueden acabar derivando en problemas de salud, separaciones y divorcios, bajas laborales, etc.

Para el 26,2% de los hogares catalanes el reparto de las tareas domésticas y familiares es un punto de conflicto con la pareja. El más habitual es la existencia de conflictos esporádicos: por el 19,8% del conjunto de personas entrevistadas lo es alguna vez, por el 3,5% lo es a menudo, y por el 1,7% lo es continuamente”.

Fuente: Sánchez, C. i Llàcer, H. (2005). “El repartiment del treball domèstic i familiar”, Estructura Social i desigualtats a Catalunya, Vol. I, pp. 333-356. Barcelona: Fundació Jaume Bofill.

En el marco propio de la investigación que hicimos sobre la Mediación como herramienta para favorecer la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, en la cual se hicieron 40 entrevistas (principalmente a miembros de parejas en las que los dos trabajaban y tenían hijos/hijas en edad escolar), destacaríamos que el 69,4% de las familias manifestaron tener conflictos derivados de las dificultades de conciliar la vida laboral, familiar y personal y la carencia de corresponsabilidad al hogar.

Fuente: Recerca “Mediació i coresponsabilitat. La mediació com a eina per a fomentar la coresponsabilització del treball familiar-domèstic a les llars i afavorir la conciliació de la vida laboral, familiar i personal”. Investigadora principal: Elena Izquierdo. Investigadora tècnica: Guernica Facundo. Any 2009. Subvencionada per l’institut Català de les Dones de la Generalitat de Catalunya.

EL CAMINO PUEDE SER LA MEDIACIÓN FAMILIAR

Más allá de los supuestos de conflictos familiares incluidos dentro de la Ley de mediación en el ámbito del derecho privado, la mediación se tiene que poder ver también como una herramienta que puede ayudar a la resolución de los conflictos familiares “cotidianos”, aquellos conflictos que si bien de entrada no parecerían susceptibles de plantearse por la vía judicial sí que crean malestar e insatisfacciones a las familias y que con el paso del tiempo podrían acontecer objetos potenciales de acciones judiciales.

Entre estos conflictos queremos hacer referencia a los conflictos que se producen a las familias derivados de la carencia de corresponsabilidad y de las dificultades de conciliar la vida laboral, familiar y personal. Conflictos que se producen a las parejas por estas cuestiones pero también entre germanas y hermanos a la hora de tener cura de la madre o el padre grandes o con dependencia.

El hecho de trabajar estos conflictos cotidianos a través de la mediación puede prevenir mayores conflictos o consecuencias no deseadas a la vez que puede ayudar a las personas, y en especial a las mujeres, a disponer de un espacio de comunicación, de empatía y de entente para buscar soluciones que contribuyan a conciliar mejor su vida laboral, familiar y personal, favoreciendo la corresponsabilidad entre mujeres y hombres en las tareas del hogar y de cura.

A pesar de que la mediación todavía es poco conocida es una herramienta que funciona y hay una ratio elevada de acuerdos, puesto que es un “vestido hecho a medida”, no se da una respuesta concreta a las personas con conflictos sino que se ayuda a estas personas a encontrar la respuesta. Está constatado que, incluso en los casos en que no se llega a ningún acuerdo, el proceso de mediación ayuda a transformar la dinámica del conflicto, contribuye a que las partes se responsabilicen respecto de las posiciones que mantienen y suele servir para focalizar las causas de los conflictos. La mediación se puede ver como herramienta para fomentar la *coresponsabilització del trabajo familiar-doméstico a los hogares y favorecer la conciliación de la vida laboral, familiar y personal.

La mediación es pues una buena herramienta de resolución de conflictos por todas aquellas parejas o familias que viven inmersas en una situación de conflictos cotidianos, que los provocan malestar pero que quieren evitar que todo esto vaya además puesto que quieren preservar y mantener la relación afectiva. Este elemento es clave para contar con la voluntariedad de las partes que participan en una mediación.

Además la mediación en estos casos no será sólo un proceso en el cual se podrán identificar los puntos objeto de conflicto y donde las partes podrán buscar soluciones “en medida” (o “pactos de convivencia”) sino que en sí mismo el proceso servirá como espacio de comunicación donde se consigue encontrar un espacio de diálogo neutral donde cada parte puede exponer el que le preocupa y conocer el punto de vista de la otra parte y de esta se asientan unas bases para la mejora de la comunicación futura entre las partes implicadas.

Elena Izquierdo

Mediadora Familiar